dos meses sin postear. todo un récord en este sitio, aunque nada comparado con lo que ocurre en otros blogs como el de mi ñaño, aparentemente ya extinto. mucho ha pasado en el tiempo transcurrido desde el famoso cabezazo de zizou, y con mucho quiero decir muuucho, así que prepárense. vamos a empezar, como la lógica suele aconsejar, por el principio.
25 de julio (desde atlanta, ga)
pensé en escribir desde barcelona. después pensé en escribir desde sevilla. más tarde pensé en escribir desde madrid la noche del viernes o desde hamburgo la noche del sábado. finalmente, anoche, pensé en escribir desde pittsburgh. pero no lo hice. en todas esas ciudades había mucho que hacer: barcelona básicamente en plan turisteo, ya que se trataba de mi primera vez en la ciudad, que en efecto y tal como todo el mundo parece aceptar es maravillosa aunque no me guste admitir esto dadas mis conocidas fidelidades madrileño-sabinistas; sevilla básicamente en plan reencuentro con los amigos que quedan allí y con otros que se acercaron para la ocasión, y con algún que otro exceso de por medio, como suele ocurrir en estos casos; madrid básicamente en plan dormir la resaca de sevilla sin cerrar del todo los ojos por miedo a perder el tempranero vuelo del día siguiente; hamburgo básicamente en plan despedirme de mi ñaño, a quien acompañé a una cena de franceses amigos de hélène, y luego no dormir también por miedo a perder el tempranero vuelo del día siguiente; y pittsburgh básicamente en plan llegar más tarde de la cuenta (sólo en nueva york se forman embotellamientos de aviones), revisar la correspondencia atrasada y encargarme de las cuentas pendientes, dejar todo más o menos decente en casa, organizar un equipaje que ni a deshacerse llegó, y no dormir por miedo a perder el tempranero vuelo del día siguiente. así las cosas, escribo hoy nada más ni nada menos que desde atlanta, la ciudad de la coca-cola, donde ha querido el destino que haga una escala de varias horas en mi camino rumbo a guayaquil city, cuatro años después.
españa bien, como siempre, como no podía ni podría ser de otra manera. madrid un tanto deprimente por la soledad, pero eso fue beneficioso por el lado del trabajo, ya que allí hice una serie de entrevistas y me dediqué a observar con mirada antropológica a mis numerosos compatriotas como me había comprometido a hacer a cambio de un puñado de dólares. la capital del reino ya es como nueva york: uno va a mcdonald’s, y en realidad a casi cualquier bar o restaurante del centro, y los clientes son españoles o turistas pero quienes atienden son latinoamericanos y las más de las veces ecuatorianos. hasta en el museo del jamón de la calle mayor, más castizo imposible, me topé con compatriotas sirviendo al personal allí entre cañas de cerveza helada y patas de jamón colgadas. málaga fue una cosa fugaz, diseñada apenas para reencontrarme con el flaco, el niño y el oli, y con el isi que se nos unió a última hora, así como para ver la final del mundial en familia como dios manda. al final, de sabina, nanay. se presentó, en efecto, aquel fin de semana, pero sólo juanito y yo estábamos verdaderamente por la labor, así que con el mejor espíritu democrático decidimos pasar del concierto y plegarnos a los planes de la mayoría, que no pudieron ser más clásicos: opípara cena en un bar del centro con mil y una raciones de pescaíto frito, botellón en la plaza de la merced como en los viejos tiempos, y ruta de bares casi hasta el amanecer. barcelona es barcelona, al fin y al cabo, una de las ciudades más famosas del mundo, y no gratuitamente, como pude comprobar pese a que muy buen turista la verdad no soy: de nuevo ni una foto, ni tampoco una visita al parque güell, aunque sí varios paseos por el barrio gótico, las ramblas, la barceloneta, el poble sec que vio nacer a joan manuel, etcétera. todo bien, divertido, pero sin mayores excesos. sevilla todo lo contrario: uno o dos o tres excesos en apenas unos pocos días, y la verdad es que no tengo edad ya para estas cosas, pero qué le vamos a hacer. lo mejor vino sin duda mi último miércoles en españa, cuando tessa organizó una reunión en las lujosas instalaciones del clan de los mcsimms, y acudieron más o menos todos los que tenían que asistir, más alguna sorpresa, incluido un luis lidón especialmente venido desde austria que por fin demostró a las claras que pese a la incredulidad de algunos sí tiene una existencia real fuera de nuestras cabezas, y que incluso se quedó otro día más, no porque esos fueran sus planes originales, sino porque es luis lidón después de todo, y perdió, con ese estilo que lo caracteriza, su bus a almería.
en fin, todo muy enredado así como lo estoy contando (y eso que no estoy contando ni la cuarta parte), pero todo o casi todo de puta madre como suele ser en la madrastra patria. me alegró ver de nuevo a mi gente, aunque a algunos me hubiera gustado verlos un poco más, y a algunos lamentablemente no pude verlos en absoluto: dieguinho, quimi, la familia de luisra… se hizo lo que se pudo en todo caso, y la cosa, aunque cara, salió por menos de lo que uno esperaría sobre todo gracias a la hospitalidad y los buenos auspicios del drink team en málaga, por ejemplo, y de tessa primero y carmela después en sevilla. más de uno ha ratificado supuestos propósitos de reciprocar la visita, pero estamos hablando de gente que lleva diez años diciendo que quiere ir a ecuador y tres diciendo que va a venir a estados unidos, por lo que yo evidentemente no me creo nada. en cuanto a mí, sospecho que tardaré bastante en volver a la península ibérica, siquiera hasta 2010, el año en que hacemos contacto, pero en estas vainas uno nunca sabe así que mejor no hablar. lo que sé es que me voy a arrepentir de no haber comprado, en la fnac de madrid, la colección completa de verano azul: cincuenta euros me pareció un precio desmedido, pero con el tiempo seguro que se verá cada vez más asequible, sin poder adquirir la serie ni por ese precio ni por ningún otro acá que tito y piraña y chanquete y todos los demás jamás existieron ni existen ni existirán.
p.d. 1: gracias a tasio pudimos saber que hay que odiar a eduardo noriega, y también a elsa pataky, por motivos que no entendimos del todo bien, y que además parecían contradictorios y hasta mutuamente excluyentes, para el caso de él y para el caso de ella. yo de todos modos y aunque noriega sea el protagonista me agencié tesis, que cuesta un dineral en estados unidos, pero en españa me salió por ocho euretes.
p.d. 2: los niños deberían estar prohibidos. no me refiero, desde luego, a los ¡tres! de remedios, que son bien portados, por lo que pude ver. deberían estar prohibidos en los aviones. sobre todo cuando hay pasajeros que no han dormido la noche anterior y van con resaca mientras el mocoso de turno patea el asiento y se dedica a gritar a todo lo largo del vuelo.
p.d. 3: ah, cómo hemos cambiado, que cantaban presuntos implicados. o bueno, no tanto, pero en algún rato sí me quedé de piedra con una conversación que no salía de temas como la letra del coche, la hipoteca, el trabajo, las oposiciones, los niños, el mejor sector de la ciudad para criarlos, etcétera. mis amigos poco a poco ya se van haciendo adultos a ambos lados del atlántico: quiera dios que a mí nunca me dé esa enfermedad…
9 de septiembre (pittsburgh, pa)
le toca el turno, por supuesto, al ecuador, la revelación del mundial, donde estuve por casi un mes después de una ausencia de cuatro años exactos. aterricé en guayaquil sin mayor novedad, aunque una hora tarde, y mis viejos estaban ya allí esperándome. fuimos directo a casa, pues ya era tarde, más de medianoche, y, como no había sido suficiente ajetreo ir de sevilla a madrid a hamburgo a pittsburgh a guayaquil a razón de un vuelo diario, a la mañana siguiente salíamos temprano para cuenca. aarti, que llevaba más de un mes de gira por el país (básicamente quito pero también otras partes de la sierra e incluso el oriente), estaba ya allí, al igual que mariauxi, y a ellas nos unimos por un par de días mis viejos, mi tía catalina y yo. en definitiva, no fue sino hasta el sábado que pude reencontrarme con mi ciudad.
mi ciudad que significa familia. muy familiares, de hecho, fueron las tres semanas y media que pasé allí. con mis viejos, con mis abuelos, con el resto del clan en reuniones familiares ampliadas. todo normal. aparte del par de días en cuenca no nos movimos de guayaquil, porque la verdad yo no tenía ganas, después del correcorre español y en vista de que había menos de un mes para compensar casi un lustro. estuvimos a punto de ir a la playa, pero la gente de la zona está buscando la provincialización (no sólo guayaquil va a ser autonomista), y como no queríamos quedarnos a vivir allí decidimos no viajar para evitar quedar atrapados por el corte de carreteras que habitualmente acompaña a las huelgas y movilizaciones. lástima, porque aarti no conoció nuestro imponente pacífico, pero ya se sabe que yo muy playero no soy así que por mí todo bien. mucha familia, pues, y poca farra a decir verdad. y eso que guayaquil tiene ahora todo un sector dedicado a bares, discotecas y antros de perdición al que, como no podemos inventar nada nuevo y cuando no copiamos a gringos y europeos nos conformamos hasta con imitar a los mexicanos, se le ha dado el original nombre de zona rosa. de todos modos, ¿con quién farrear? la mayoría de mi gente ya no vive en guayaquil, algunos de los que sí viven allí están en plan missing in action desde hace rato, y los localizables lógicamente tienen trabajo, pareja, descendencia, y demás atributos de la adultez. vi varias veces a mauricio, como siempre que voy al ecuador, y desde luego también a valeria. también a layla en dos ocasiones. y, de yapa, al cocinerito de jack's snacks troyen, quien casualmente se hallaba de vacaciones en guayaquil.
mi ciudad que significa comida. tres semanas y media sin parar de comer, maldita sea mi estampa, hasta un empacho me dio porque hasta yo tengo mi límite. que si cebiche por aquí, que si arroz con menestra por acá, que si parrillada más allá, que si yogur con pan de yuca en ilanes, que si dulce de tres leches en guayacanes. el pique y pase, la canoa, el patacón, casa tosi, la lojanita, bopán, red crab, riviera... y por supuesto el ñato, simple y llanamente el centro del mundo para mí, el lugar en que me siento más a gusto entre lomos, bifes, milanesas, chivitos y demás delicias carnívoras, mejor que mejor acompañadas con sangría o cerveza. pílsener, desde luego, ya que pílsener es en ecuador sinónimo de cerveza. hay otras marcas, claro está, pero pílsener es la cerveza de los ecuatorianos. menos mal que es excelente. en resumen, toneladas de comida, y de gran calidad. de los sitios fijos, que quería revisitar y que quería que aarti conociera, realmente sólo faltaron lo nuestro y el coki. pero es que tres semanas y media no dan para tanto (y, sin embargo, hasta un siempre magnífico hot-dog de gasolinera nos pegamos).
mi ciudad que sería el mejor sitio para vivir en el mundo entero si el mundo entero empezara en progreso y terminara en durán. guayaquil sigue siendo una ciudad enorme, más bien poco agraciada, y con un aire violento siempre a flor de piel o a flor de asfalto. bien es verdad que, sin querer hacer propaganda socialcristiana, mucho ha mejorado (de pinta, al menos, habrá que ver en el futuro el efecto profundo de esta década de supuesta civilización febrescorderista tras la década de constatada barbarie bucaramista). el malecón 2000, el malecón del salado, la 9 de octubre regenerada, las peñas, la zona rosa, los mil y un pasos a desnivel, los túneles... sin ir más lejos, yo llegué a un aeropuerto, el viejo simón bolívar, que ya me sorprendió con su aspecto totalmente renovado, y salí de otro aeropuerto, el nuevo josé joaquín de olmedo, que como dijo mi ñaño al aterrizar ya parece un aeropuerto de verdad. y es que esa fue la guinda del pastel: mi ñaño se decidió a cruzar el charco, también después de cuatro años de ausencia, y de este modo pudimos estar todos juntos otra vez aunque fuera por un par de días. mi viejo, en algún momento medio nostálgico y pesimista, le dijo a mi vieja según me contó ella que al ritmo que llevamos estaríamos así, los cuatro juntos, apenas tres o cuatro veces más en la vida. no sé mi ñaño, pero yo sin duda me he hecho el firme propósito de no permitir que esto ocurra, y planeo ir con más frecuencia a casa. guayaquil es enorme y poco agraciada y violenta pero allí está mi familia y mi hogar y (casi) todo lo que soy.
p.d. 1: como de costumbre, uno de los aspectos positivos de la visita a tierras patrias fue el aspecto automovilístico, y es que manejar en guayaquil es como meterse en un videojuego. me sorprendió mi soltura después de tres años lejos del volante, pero al fin y al cabo yo siempre fui el king del camino, y conducir en la ciudad sin ley como que me revive (siempre me aburrió hacerlo en sevilla, por ejemplo, y estoy seguro de que en pittsburgh sería aun peor).
p.d. 2: tanto comer me ha dejado un tanto preocupado. y, encima, uno luego va y lee esto. comentando una foto de la semana pasada mi vieja opinó que he bajado un poquito de peso. mi idea es bajar más. pero no le llamemos dieta oficialmente porque entonces estoy seguro de que en vez de adelgazar voy a engordar. así de rebelde soy para algunas cosas.
p.d. 3 (para ceniciento): se acerca el invierno. ¿tienes planes de venir para acá? tu trabajo como esbirro paleando nieve será malpagado pero bienvenido. ah, de una vez te cuento, la última novedad de pepsi es la strawberry and cream pepsi. muy empalagosa, para mi gusto, pero a ti que eres fan de la de vainilla seguro te gustaría.
tags: españa guayaquil vacaciones
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