percepciones
es curioso cómo todo depende del cristal con que se mira. no voy a caer en una inversión de la típicamente caucásica generalización de que los de otras razas somos todos iguales (aunque la verdad es que uno de mis terrores actuales cuando voy por la universidad es encontrarme con algún alumno y no reconocerlo, y es que, si bien cada uno es plenamente identificable en clase, lo cierto es que estos gringos me parecen todos idénticos cuando ando por la calle)... pero los meses de clase me han demostrado que las percepciones no son las mismas en todos lados aun en cosas tan supuestamente objetivas como el color de pelo. creo que ya conté que el día que les estaba enseñando el vocabulario sobre colores de cabello elegí a un chico para mí sin lugar a dudas rubio como ejemplo, le pregunté de qué color era su pelo y el muy infeliz dijo que café. pues bien, en el examen final el muchacho por fin ha reconocido que es rubio, pero en cambio ha puesto que no es alto pero tampoco bajo. ¡el cabrón es un gigantón más grande que luis lidón, maldita sea mi estampa! hace tiempo también una chica que me saca media cabeza se describió como baja de estatura. la verdad es que yo he de parecerles un duendecillo, entonces. también en el examen final, una chica que en el colegio alemán de guayaquil hubiera pasado por rubia (al menos tanto como liliana amador) dice de sí misma que es morena, no de pelo café o castaño u oscuro o algo así, directamente morena. recuerdo cuando los hice describir a los personajes de friends para practicar: todos estuvieron de acuerdo en que joey tiene el pelo negro, cuando para mí es castaño. pero claro, para uno que se ha criado donde se ha criado cualquier cabellera no negra ya es casi que rubia.
1 comments:
Es la relatividad, eres rubio, alto, rico, gordo, o lo contrario, según con quien te compares. le le le
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