hey joe, take a walk on the wild side
la cosa surgió de improviso. maricarmen se está reuniendo una vez por semana a conversar alrededor de una hora mitad en inglés mitad en español con rich, y éste le comentó que iba a pasar el fin de semana del día del padre en nueva york visitando a su hija, información que se convirtió en el último empujón que necesitábamos para lanzarnos de una vez por todas a visitar la capital del mundo. contacté con xavier, quien aceptó acogernos en su hogar de newark, y hasta tuvo el detalle de dejarnos la suite para nosotros solos mientras él se iba de viaje a pennsylvania. el jueves bien temprano rich nos recogió en compañía de su nieta, una niña muy vivaz llamada tabitha, y listo: rumbo a la gran manzana.
¿qué se puede decir de ny? bah, no es para tanto, es como guayaquil sólo que un poquito más grande. ja. no damas y caballeros, no, no voy a ponerme aquí como esos argentinos que cuando van a parís juran que es idéntica a buenos aires (aunque en serio muchos sitios de manhattan me recordaron a guayaquil: después de todo siempre ha sido nuestro modelo). new york city is the place to be.
después de un viaje de unas siete horas sin mayores novedades, llegamos a manhattan a eso de las cuatro y cuarto y nos fuimos directo al sur de la isla, al apartamento de la hija de rich. con la ayuda de un amigo suyo que por casualidad tenía que tomar la misma línea de metro, maricarmen y yo nos dirigimos a penn station, que queda debajo del madison square garden. allí tomamos el tren hasta la capital del crimen, donde nos recogió xavier, quien por si acaso no tiene nada que ver con el mundo del hampa. esa noche fue tranquila, de conversa con xavier, a quien no veía desde hacía meses, y con el skyline de manhattan en la ventana, a lo lejos.
el viernes muy temprano empezó nueva york estrictamente hablando. no es que uno necesite motivos adicionales para visitar manhattan, pero uno de los objetivos era encontrarnos con juanjo, producto al igual que maricarmen y un servidor de la facultad de ciencias de la información de sevilla, quien llevaba ya dos semanas de vacaciones en la gran manzana. quedamos en un starbucks de astor place para llegar al cual pasamos casi sin querer por sitios emblemáticos como el empire state building, broadway o la quinta avenida, y tras los abrazos de rigor el hombre nos hizo un tour por los lugares que ya conocía como la palma de su mano: chelsea, greenwich village, el soho, tribeca, chinatown... almorzamos en pellegrino's, ristorante de little italy cuyos meseros no eran por supuesto italianos sino latinoamericanos, como casi todo el personal de servicio en ny, pero insistían en hablarnos en inglés. por la tarde más paseo por el soho, tribeca y el borde norte del financial district y, después, la subida del siglo (unas cuarenta cuadras a pie) hasta el hostal de juanjo, que quedaba cerca de times square. terminamos molidos, pero el esfuerzo mereció la pena, ya que nos premiamos con unos coctelitos: long island iced tea para mí, martinis para juanjo y maricarmen. ah, casi lo olvidaba, esa tarde vimos a kristin davis, la charlotte de sex and the city, haciéndose unas fotos para una campaña de maybelline.
el sábado quedamos otra vez con juanjo, esta vez en union square, en la calle catorce, donde nos pegamos el brunch de la centuria en un coffee shop con camareras que parecían modelos y clientes de lo más trendy. al menos juanjo y maricarmen no desentonaban. tras el opíparo brunch, más caminata hacia el sur, rumbo a battery park. por el camino nos despedimos de juanjo, nada más ni nada menos que en la zona cero, porque él tenía que irse a esperar el bus que lo llevaría al aeropuerto para volver a españa. maricarmen y yo sí llegamos hasta el parque, en el extremo sur de la ciudad, desde donde se ve, muy chiquita, la estatua de la libertad. después anduvimos por el financial district y casi por casualidad llegamos a wall street, el corazón del mundo, que es desde lo de las torres un corazón completamente militarizado: la mala conciencia de occidente. cogimos el metro hasta la calle 59 y paseamos por la esquina del central park desde donde se ve el edificio en que trabaja el chandler de friends. una larga y merecida siesta y de vuelta a newark.
el domingo tocó shopping. almorzamos el hot-dog obligatorio en central park y luego vagabundeamos básicamente por la quinta, la sexta y la séptima avenidas, así como por broadway, metiéndonos de cuando en cuando en boutiques y otros comercios de los cuales sin duda el más alucinante para mí fue el enorme toys'r'us de times square. maricarmen, en pittsburgh, me había dicho que quería cambiar euros para poder gastar con tranquilidad en ny. yo le contesté que yo hacía tiempo le había ofrecido invitarla a la gran manzana y que eso pensaba hacer. que no se preocupara por el dinero. pero la verdad es que me acojoné un poco cuando me anunció que ese día quería dedicarlo a ir de tiendas: new york city is the place to be... very easily broke. gasto total del shopping de doña pekeña: $1,19 (una bolsita de dulces a granel en la mencionada juguetería). como verán estuvimos a punto de necesitar de verdad sus euros. ah, eso sí, nos pegamos el clásico new york style cheesecake en broadway.
el lunes fuimos tarde a ny, de hecho llegamos directamente para el almuerzo, en esta ocasión new york style pizza en un antro de mala muerte en la avenida sexta entre las calles catorce y quince: dos slices y coca-cola por apenas cuatro dolaretes. luego más paseo y, por la noche, por fin... star wars: episode iii - revenge of the sith. excelente, a mi juicio. la nueva favorita de maricarmen. totalmente al nivel de la trilogía original según yo. cuando volvimos a newark xavier ya había regresado, por lo que conversamos un rato con él y después a dormir para poder despertarnos temprano al día siguiente.
el martes nos dirigimos a manhattan muy temprano para estar en casa de la hija de rich antes de las nueve de la mañana. le dijimos adiós a nueva york y, siete horas después sin mayores novedades, hola a pittsburgh.
en resumen, unos días fascinantes en una ciudad fascinante a la que sin duda regresaremos pronto, pero eso no es decir nada original. ny es un lugar masivo, descomunal, desbordante, pero doña pekeña y yo logramos manejarnos bien por sus mil y un recovecos, y sin mapa. compramos un bono de seis viajes de metro y nos sobraron dos. caminamos como si perteneciéramos a una tribu nómada y nos perdimos sólo una vez. sex and the city, friends, seinfeld... king kong, taxi driver, once upon a time in america, when harry met sally, the day after tomorrow... woody allen. pedro navaja. el 11 de septiembre. nueva york es simple y llanamente un trozo, y grande, del inconsciente colectivo planetario, de eso que llamamos cultura, de uno mismo. de tanto ver cada rincón de la ciudad retratado en películas y series y canciones uno como que tiene recuerdos de la gran manzana aun sin haber pisado sus calles. pisarlas por fin fue como volver más que ir. el medio es el mensaje y yo soy cine, televisión, música.
and the colored girls go: doo, d-doo, d-doo, doo d-doo doo...
p.d.: desde luego, johnny también (re)visitó ny. pero no fuimos al bronx ni a harlem.
2 comments:
Y pensar que durante un tiempo realmente creí que viviría allí un año... :( aunque estoy muy bien en Copenhague, que conste. Pero después de leer esto tengo más ganas aún de ir a N.Y. Algún día, cuando deje de ser becaria. Besos. Tessa
a la lista de artefactos culturales que hacen que uno, en nueva york, tenga la sensación de ya haber estado allí, yo le aniadiría de ley prácticamente toda la obra de scorsese, no sólo "taxi driver", así como el hip-hop de la old school, los beastie boys, the ramones y el cbgb, "leon - the professional", etc. la lista sería, en efecto, interminable... y lo digo con toda la envidia del mundo porque yo, físicamente, no he tenido la suerte de "revisitar" esa ciudad...
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