a day at the races
hoy estuvimos en schenley park, aquí al lado de la casa, viendo un rato del pittsburgh vintage grand prix (una carrera de autos antiguos que se celebra en esta ciudad desde 1983 y que se supone que se halla entre los principales eventos de este tipo en estados unidos).
había alguna gente, tanto en la esquinita donde estuvimos nosotros como a lo largo y ancho del parque, pero a mí la verdad es que tampoco me resultó el espectáculo del siglo. nunca he sido un gran fan de los vehículos automotores, salvo de algún trans am azabache con voz metálica, y esto de estar allí viendo a una serie de coches dar vueltas y vueltas sin sentido por una calle simple y llanamente no es lo mío. no me quejo, sin embargo, ya que tampoco es que tuviéramos nada mucho más edificante que hacer un domingo como hoy a mediodía.
nos enteramos de la existencia de esta carrera, así como de que iba a tener lugar tan cerca de nuestra base de operaciones, apenas ayer. el informante fue octavio, un mexicano que asistió junto a nosotros a una reunión de personal básicamente mexicano (si bien había una boliviana, una puertorriqueña y varios gringos) en casa de norma, la famosa amiga de maricarmen. todo muy bien, con quesadillas y otros ricos manjares a reventar, pero en plan tranqui nomás. eso sí, con varios niños de entre pocos meses y pocos años formando revuelo, y recordándome así por qué no me gustan los seres humanos en ciernes. durante la reunión, maricarmen pudo comprobar por sí misma el férreo amor (y, lo que más desconcierta a los españoles, el considerable respeto) que se le tiene al gran miguel bosé en los más diversos rincones de américa latina y muy especialmente en méxico y ecuador.
el jueves pasado, en cambio, estuvimos con verónica y cristian recién llegados de argentina. cenamos en hemingway's y después fuimos un rato a peter's pub, todo muy bien también, pero también en plan tranqui nomás. parece que verónica ha cumplido mi encargo y me ha traído nada personal y dynamo, por lo que para tener las obras completas de soda stereo ya sólo me falta el unplugged. tomen nota.
por lo demás nada particular. compras en el strip district, las usuales obligaciones del hombre pisado por su mujer, alguna que otra peli, mojitos caseros anoche, una magnífica pilsen que se está haciendo ahora mismo en el barrilito del sr. cerveza y que podremos disfrutar de aquí a dos semanas. como siempre, los mantendré al tanto.
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