ya sólo nos queda brasil

españa no es el mejor país para ver el mundial. al menos no desde que la avaricia pudo más que el amor y aquí el mayor evento deportivo a escala planetaria empezó a pasarse en una televisión de pago en lugar de ser transmitido en abierto para que todo hijo de vecino pueda disfrutarlo. sólo los partidos de españa se escapan a este negocio infame, pero ya se sabe que españa está siempre condenada a jugar pocos, y después de su habitual eliminación la gratuidad únicamente retorna a partir de semifinales. pero es que, la verdad, mi impresión es que a la mayoría de los españoles les importa más bien poco el mundial salvo por lo que haga su selección, que normalmente no es mucho, al menos les importa más bien poco en comparación con lo que ocurre en los países latinoamericanos. o sea, el mundial ya era un mes de parálisis laboral en ecuador incluso cuando ecuador no llegaba y pensábamos que jamás llegaría, ahora que hasta hacemos un papel decente no quiero ni imaginar lo que será. por culpa de este sistema español, que se implementó en el mundial anterior, me perdí por ejemplo el tercer encuentro de la primera participación mundialista de la tricolor, nuestra primera victoria, porque a ver quién conoce un bar en sevilla que prefiera pasar ecuador-croacia antes que italia-méxico. hoy, increíblemente para mi gusto, las pasé canutas para poder ver el mejor de los partidos de cuartos de final, nada más ni nada menos que alemania-argentina, casi una final adelantada, y eso que estaba dispuesto a gastarme un dinerito en ello. y me lo gasté, por cierto, pero me pareció lamentable que en pleno centro de madrid me fuera tan difícil hallar un local que pasara el encuentro: sólo en la zona de oakland y en apenas tres o cuatro cuadras puedo nombrar cuatro o cinco sitios en que estoy seguro de que uno puede ver el mundial (y eso en un país bárbaro cuyos habitantes siguen sin entender la mística del deporte rey). después de mucho caminar y de mucho cabrearme acabé por meterme en un pub irlandés que estaba a reventar, era carísimo como todos los pubs irlandeses, y me resultó calurosísimo no sólo por el exceso de gente sino también porque aquí son más bien parcos con respecto al aire acondicionado (y es que si los gringos son unos exagerados queriendo estar como en el polo norte durante el verano, aquí parecen ignorar que españa es la parte norte del desierto del sahara, y no se dan cuenta de que en madrid estamos a treinta y muchos grados a la sombra). pude ver, en todo caso, el partido, a cuatro euros por pinta de heineken, rodeado de alemanes y argentinos desaforados, desaforados sobre todo los argentinos, claro está. lástima lo de la albiceleste, creo que mereció ganar el partido, pero como diría el professsor dueñas la cosa no es quién merece ni quién juega mejor sino quién hace los goles y quién gana (alemán tenía que ser el hombre). y yo que hasta fui con un polo azul clarito para mimetizarme un poco con el personal gaucho. eso sí, en cuestión de barras los argentinos dieron palo, tienen mil quinientos cánticos diferentes con letras complicadísimas mientras los pobres alemancitos todo lo que alcanzaban a articular era “deutschland, deutschland, deutschland”. mañana tocará hacer de tripas corazón y volver al pub irlandés para ver brasil-francia, partido que desde luego va a ganar el país sudamericano, jubilando por fin a un zizou que debió jubilar la selección española. yo quería una final brasil-argentina y ahí sí que gane el mejor, una final americana en tierras europeas, y en tierras alemanas para más inri. ya no se puede, y ahora me imagino que la final será alemania-brasil, por lo que no tengo que decir a estas alturas quién quiero que gane. ronaldo puede estar gordo pero es nuestro gordo.